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¿Quién inventó la Estufa?

Antes de la estufa de pared…

Desde el inicio de los tiempos, los humanos han anhelado mantenerse calientes bajo las condiciones adversas del entorno. En el pasado se usaban sistemas de calefacción sencillos como chimeneas, y no fue hasta hace poco cuando otros sistemas como las calderas y las estufas eléctricas empezaron a ganar popularidad. En la actualidad se suelen usar sistemas de calefacción central para calentar las viviendas y otros edificios en climas fríos.

A los romanos se les reconoce el uso del primer sistema de calefacción central que canalizaba el aire caliente desde una caldera a través de tuberías situadas detrás de las paredes y bajo los suelos. Los antiguos coreanos también tenían un sistema parecido, excepto por el hecho de que usaban el calor residual de las cocinas para calentar el aire. También se sabe que antiguos arquitectos musulmanes construyeron tuberías bajo los suelos para mantener calientes edificios enteros.

Estufa de Carbon

A finales del siglo XIX las estufas de hierro fundido de bajo coste hicieron posible calentar las casas de forma eficiente. Dave Lennox fue el primer hombre en fabricar y comercializar una caldera de carbón hecha de acero en 1895. Debido a la falta de suministro eléctrico en esa época, el calor se transportaba mediante convección natural en lugar de usando ventiladores. Sin embargo, esta solución de calefacción seguía sin ser tan eficiente como se necesitaba para mantener caliente toda una casa.

Justo después del cambio de siglo, Albert Marsh descubrió el Cromel: una aleación compuesta de una parte de Cromo y cuatro partes de Níquel, con algunas variantes que también incluyen hierro. Esta nueva aleación proclamó la llegada al mercado de los elementos eléctricos de calefacción, y además era 300 veces más resistente que otros materiales similares de la época. Debido a sus contribuciones, a Albert Marsh se le considera como “el padre de la industria de la calefacción eléctrica”.

La primera patente por la invención del sistema de calefacción central se le concedió en 1919 a Alice Parker. Esta solución de calefacción supuso un fuerte contraste con respecto a las que le precedieron, ya que proporcionaba una manera sencilla de regular la temperatura a lo largo de una casa de manera más eficiente. Esta invención demostró ser bastante exitosa, y ya no hacía falta quedarse cerca de la chimenea para estar caliente.

En 1935 se presentó un primer prototipo de estufa de pared con convección forzada, que utilizaba una caldera de carbón y un ventilador eléctrico, además de un sistema de conductos para proporcionar calor a distintas partes del edificio. A mediados del siglo XX, las estufas de pared instaladas en huecos empezaron a ser habituales en las casas y los apartamentos. Estas estufas eran más eficientes a la hora de ocupar la superficie del suelo, a la vez que mantenían la casa caliente.

Estufa Eléctrica

Al mismo tiempo, las estufas eléctricas montadas en la pared empezaron a ganar popularidad. Estas estufas de pared usaban principalmente electricidad o gas natural para producir calor, y una de sus mayores ventajas era su pequeño tamaño. Otra ventaja de estas estufas de pared radicaba en el hecho de que no eran elementos fijos, y podían moverse por la casa como se quisiera. Fuera de temporada, podían desconectarse fácilmente y almacenarse en un garaje o un armario.

En la actualidad, las estufas de pared están hechas de metales ligeros y avanzados que también son muy resistentes. Los elementos de calefacción que utilizan están hechos de materiales cerámicos o de una serie de bobinas y tubos que canalizan el calor para lograr la máxima eficiencia. Además, muchos modelos actuales de estufas de pared incluyen ventilación para forzar que el aire caliente fluya en la dirección que uno quiera.

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