Índice de Contenidos
¿Quién no ha dado las gracias por tener puesto el aire acondicionado en un caluroso día de verano? Pero, ¿alguna vez te has preguntado a quién tienes que dárselas realmente? En este artículo vamos a ver quien inventó el aire acondicionado.
La respuesta corta a esa pregunta es Willis Carrier, un ingeniero americano acreditado con la invención del primer aire acondicionado moderno. Sin embargo, la idea de usar agua evaporada u otros líquidos para enfriar un espacio húmedo es muy anterior a la invención de Carrier en 1902.
Aire Acondicionado en la Antigüedad
Los primeros sistemas conocidos que utilizaron agua para enfriar los espacios interiores fueron creados por los antiguos egipcios, quienes disminuían la temperatura de sus casas colgando alfombras mojadas sobre sus puertas. El agua evaporada de estas alfombras reducía las temperaturas del aire en el interior y añadía humedad refrescante al aire seco del desierto.
No mucho después de que los egipcios vencieran al calor con sus alfombras en las puertas, los romanos desarrollaron un sistema primitivo de aire acondicionado utilizando sus famosos acueductos para hacer circular el agua a través de tuberías interiores, un método que reducía significativamente la temperatura del aire dentro de las residencias calientes.
Experimentos con el frío
En 1758, el estadista e inventor estadounidense Benjamín Franklin, junto con John Hadley, profesor de la Universidad de Cambridge, comenzó a experimentar con los efectos refrigerantes de ciertos líquidos.
En estudios anteriores, Franklin había determinado que los efectos refrigerantes de un líquido están relacionados con la rapidez con la que se evapora. Él y Hadley ampliaron este hallazgo utilizando éter y un fuelle para enfriar un termómetro de mercurio a 25 grados bajo cero. Este experimento hizo que Franklin comentara en su diario la posibilidad de morir congelado, incluso en un caluroso día de verano.
Esta observación de Franklin fue un presagio de lo que estaba por venir. En 1820, el inventor británico Michael Faraday también estaba experimentando con las propiedades de refrigeración de los gases cuando descubrió que, al comprimir y licuar el amoníaco y luego dejarlo evaporar, podía enfriar el aire dentro de su laboratorio.
Nace el Aire Acondicionado Moderno
Varias décadas después de que Faraday hiciese su descubrimiento con el amoníaco, un médico de Florida llamado John Gorrie desarrolló una máquina para mantener frescos a los pacientes que tenían fiebre amarilla. La máquina de Gorrie usaba aire y agua comprimidos para poder crear un sistema de refrigeración abierto. Patentada en 1851, la “máquina de aire frío” de Gorrie fue la primera invención patentada que facilitó la refrigeración mecánica, así como la primera en parecerse a un aire acondicionado moderno.
Pero no fue hasta el año 1902 cuando la historia del aire acondicionado realmente empezó a hacerse interesante. En ese año, a un joven ingeniero llamado Willis Carrier se le encargó la tarea de crear un sistema para tratar el aire en la Compañía Litográfica y Editorial Sackett-Wilhelms en Brooklyn, Nueva York. Los ejecutivos de esta empresa descubrieron que la humedad excesiva en su planta de impresión causaba estragos en el registro de color utilizado para la impresión fina y multi-color.
Para el 1903, Carrier había diseñado un sistema de bobinas refrigeradas que mantenía una humedad constante, y cómoda, de 55 por ciento dentro de la planta de impresión Sackett-Wilhelms – el equivalente a utilizar unos 50.000 kilos de hielo diariamente para refrescar la planta. El aire acondicionado moderno había nacido.
No mucho después de que Carrier inventara su revolucionaria máquina de aire acondicionado, un ingeniero de molinos llamado Stuart Cramer creó un dispositivo similar de ventilación para añadir vapor de agua para llenar el aire dentro de las plantas textiles. Si bien Cramer fue la segunda persona en desarrollar ese tipo de dispositivo, fue el primero en acuñar el término “aire acondicionado” para describir el propósito de su invención.
El aire acondicionado continuó siendo utilizado en plantas y molinos a principios del siglo XX, pero no fue hasta 1914 cuando fue instalado por primera vez en un hogar privado. En ese año, un millonario en Minneapolis llamado Charles Gates contrató a Carrier para instalar un aire acondicionado en su mansión.
Carrier inventó entonces una unidad de aire acondicionado más eficiente – la máquina de refrigeración centrífuga, o “chiller.” Su invención coincidió con el fin de semana de El Día de los Caídos (Memorial Day Weekend) en 1925, y con la gran inauguración del Teatro Rivoli en el Times Square, brindándole a muchos dueños de cines su primer momento de “comodidad fresca,” como fue anunciado por los gerentes del teatro. Fue tremendamente exitoso. Durante los siguientes cinco años Carrier instaló unidades de refrigeración en 300 salas de cine en los Estados Unidos.
En los años siguientes – antes de que el aire acondicionado fuese una instalación regular en las casas de los Estados Unidos – las personas iban a las frescas y cómodas salas de cine para evitar el calor del verano, dando inicio así, en esencia, a la tendencia del “éxito de taquilla del verano.”
A lo largo de la siguiente década decenas de negocios comerciales se subieron al tren del aire acondicionado, instalando dispositivos enormes (según los estándares actuales) y tóxicos (usaban amoníaco como refrigerante) de aire acondicionado en sus tiendas. La moda del aire acondicionado permitió mejorar la productividad de los empleados en los meses de verano, una época en la que los trabajadores frecuentemente empiezan a perder sus ánimos debido a las altas temperaturas. La expansión del aire acondicionado a los hogares estadounidenses se estancó durante la Gran Depresión y la Segunda Guerra Mundial, pero hacia la década de 1950 aquellos que se lo podían permitir no dudaron en comprar uno de estos aparatos.
Y aunque, en 1965, solo el 10 por ciento de los hogares estadounidenses tenía unidades de aire acondicionado, este número siguió aumentando lenta y constantemente a medida que pasaban los años. Para el año 2007, el 86 por ciento de los hogares ya tenían sistemas de aire acondicionado, según la Carrier Corporation.
Hoy en día las unidades de aire acondicionado son consideradas como piezas de mobiliario estándar en los hogares estadounidenses. Sin embargo, el tipo de equipo de aire acondicionado varía según la región. Los sistemas de aire central son los más comunes en el Sur, el Medio Oeste y el Oeste, mientras que los acondicionadores para habitación son más comunes en el Noreste, de acuerdo con la información de la Administración de Información Energética de los Estados Unidos (EIA, por sus siglas en inglés).
El uso ampliamente difundido del aire acondicionado eventualmente facilitó un cambio a largo plazo en la población de los Estados Unidos. Antes de la aparición de las unidades de aire acondicionado, las ciudades en el desierto, el Sur Profundo y Florida tenían un crecimiento muy lento pues la mayoría de las personas no podía soportar el clima opresivo.
Con el advenimiento del aire acondicionado para los hogares las personas pudieron esparcirse y migrar hacia estas áreas que antes evitaban. Hoy en día, algunas de las ciudades más calientes de los Estados Unidos – como Phoenix, Arizona; Las Vegas, Nevada; y Dallas, Texas – siguen experimentando crecimiento poblacional gracias al aire acondicionado.