El inventor Francés Blaise Pascal fue uno de los matemáticos y físicos más renombrados de su tiempo. Se le reconoce la invención de una calculadora primitiva, increíblemente avanzada para su época, llamada la Pascalina.
Blaise Pascal fue un genio desde joven: a los doce años escribió un tratado sobre la comunicación de los sonidos, y a los dieciséis escribió otro sobre las secciones cónicas.
La Vida de Blaise Pascal, el inventor de la Pascalina
Blaise Pascal nació en Clermont el 19 de junio de 1623, y murió en París el 19 de agosto de 1662. Su padre era un juez local y recaudador de impuestos en Clermont, y tenía cierta reputación científica. Se trasladó a París en 1631, en parte para realizar sus propios estudios científicos y en parte para continuar la educación de su único hijo, quien ya había mostrado capacidades excepcionales.
Blaise Pascal se quedó en casa para asegurar que no trabajara en exceso y, con la misma finalidad, se dispuso que su educación debería estar limitada inicialmente al estudio de idiomas, sin incluir nada de matemáticas. Esto estimuló de manera natural la curiosidad del niño y, un día, con doce años de edad, preguntó en qué consistía la geometría. Su tutor le contestó que era la ciencia de la construcción de figuras exactas y el cálculo de las proporciones entre sus distintas partes.
Blaise Pascal, animado sin duda por la orden en contra de leer sobre el tema, renunció a su tiempo de juego para dedicarlo a este nuevo estudio, y en pocas semanas había descubierto por sí mismo muchas propiedades de las figuras, especialmente la proposición de que la suma de los ángulos de un triángulo es igual a dos ángulos rectos.
A los catorce años, Blaise Pascal fue admitido en las reuniones semanales de Roberval, Mersenne, Mydorge y otros geómetras franceses, de los cuales acabaría surgiendo la Academia Francesa. A los dieciséis años, Blaise Pascal escribió un ensayo sobre las secciones cónicas y, en 1641, a los dieciocho, construyó la primera máquina aritmética, un instrumento que mejoraría ocho años después.
La correspondencia que mantuvo con Fermat por esta época muestra que estaba dirigiendo su atención a la geometría analítica y a la física. Repitió los experimentos de Torricelli, por los que la presión de la atmósfera podía estimarse como un peso, y confirmó su teoría de la causa de las variaciones barométricas obteniendo al mismo tiempo lecturas a distintas altitudes de la ladera del Puy-de-Dôme.
En 1650, cuando se encontraba en medio de su investigación, Blaise Pascal abandonó de manera repentina sus actividades favoritas para estudiar religión o, como dice en su obra “Pensées”, para “contemplar la grandeza y la miseria del hombre”. Y más o menos al mismo tiempo, persuadió a la menor de sus dos hermanas para entrar en la sociedad de Port Royal.
En 1653, Blaise Pascal tuvo que administrar la hacienda de su padre. Entonces volvió a su antigua vida y realizó varios experimentos sobre la presión ejercida por los gases y los líquidos. También fue en esta época cuando inventó el triángulo aritmético y, junto con Fermat, creó el cálculo de probabilidades. Estaba reflexionando sobre el matrimonio cuando un accidente hizo que sus pensamientos volvieran a centrarse en la religión. El 23 de noviembre de 1654 estaba conduciendo un carruaje tirado por cuatro caballos cuando éstos empezaron a huir. Los dos que iban delante se estrellaron contra el parapeto del puente de Neuilly, y Blaise Pascal se salvó frenando en el último momento.
Siempre fue algo místico, por lo que consideró esto como un llamamiento a retirarse del mundo. Escribió su testimonio del accidente en un pequeño trozo de pergamino que llevaría junto a su corazón durante el resto de su vida para recordarle siempre su compromiso, y poco después se mudó a Port Royal, donde siguió viviendo hasta su muerte en 1662. Con una constitución delicada, sus incesantes estudios habían perjudicado a su salud. Desde los diecisiete años sufría de insomnio y dispepsia aguda, y en el momento de su muerte estaba físicamente agotado.
La Pascalina
El origen de la idea de utilizar máquinas para resolver problemas matemáticos se remonta al menos hasta principios del siglo XVII. Los matemáticos que diseñaron e implementaron calculadoras capaces de sumar, restar, multiplicar y dividir incluían a Wilhelm Schickhard, Blaise Pascal y Gottfried Leibniz.
En 1642, a los dieciocho años, Blaise Pascal inventó su calculadora numérica de ruedas llamada Pascalina, para ayudar a su padre, un recaudador de tributos francés, a contabilizar los impuestos. La Pascalina tenía ocho ruedas móviles que podían hacer sumas de hasta ocho dígitos en base diez. Cuando la primera rueda (las unidades) se movía diez marcas, la segunda rueda se movía una marca para representar que la columna de las decenas mostraba 10, y cuando la rueda de las decenas se movía diez marcas, la tercera rueda (las centenas) se movía una marca para representar cien, y así sucesivamente.