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Conocemos el fuego como esa llama roja mezclada con amarillo, azul y naranja que nos proporciona calor y con la que podemos realizar distintos trabajos, como la cocción de alimentos. Sin embargo, ¿alguna vez hemos pensado de dónde proviene?
Mediante una reacción química de algunos materiales de combustible, las partículas incandescentes proporcionan temperatura alta y una luz muy visible, además dejan como señal al conocido humo. Al fuego también lo podemos llamar: candela, llama, lumbre, etc., dependiendo del país en donde nos encontremos.
¿Cuál es el origen del fuego? ¿Quién lo inventó?
Según los estudios sobre la especie viviente más antigua, que hoy conocemos como seres humanos, el fuego era conocido desde hace 1.600.000 años por el llamado Homo Erectus, quien es incluso antepasado del Homo Sapiens.
Desde entonces, crearon el fuego para lograr consolidar muchas actividades que antes no estaban a su alcance. No tenían la capacidad de comunicarse mediante el habla, entonces el fuego les permitió algún tipo de sociabilización y conexión entre ellos.
Utilizaban una fogata para protegerse tanto de los animales como del implacable frío que tenían que vivir en algunas épocas. Se podría decir que el fuego se convirtió en su seguridad y defensa para preservar su vida y alimentarse.
¿Cómo creaban el fuego?
Realmente no se conoce ningún registro de cómo lograban encender esas fogatas. Además, les era muy complicado (y un verdadero reto) mantener el fuego encendido para utilizarlo en sus tribus, ya que no tenían un método ni para encenderlo, y tampoco para mantenerlo con combustible.
El fuego significaba para ellos muchísimo, y al mismo tiempo, tenían muy poco conocimiento de su manejo. Por la razón de no saber encenderlo o mantenerlo, lo necesitaban aún más. En ese tiempo, los Homo Erectus lo utilizaban para alumbrar sus refugios, cocinar y para su defensa, como mencionamos anteriormente.
La forma de encenderlo se debía a la «naturaleza bondadosa», que se lo «otorgaba» en oportunidades. Sin embargo, no les duraba demasiado tiempo y terminaba por apagarse. Por lo tanto, siempre estaban a esperas de que la tierra les ayudara.
Pasaron muchos años para que pudieran comenzar a controlar la producción del fuego. Según algunos estudios y evidencias de las cuevas de Kromdai, Swartkrans y otras, hace 1.300.000 años ya se controlaba la producción de esta luz por combustible.
Aunque otros estudios datan que apenas hace 800.000 años fue cuando se controló la producción. Estas nuevas evidencias podrían cambiar la creencia, y se afirmaría que mucho antes de esa época ya se controlaba el fuego.
¿Cuál era el método que utilizaban para crear el fuego?
En un principio, los Homos Erectus esperaban que la naturaleza lo creara por sí misma. Sin embargo, éstos decidieron ir imitando esos actos para crearlos a su antojo y conveniencia. Desde entonces fueron adaptando distintos métodos para generar y mantener el fuego.
Se mantiene la hipótesis de que la primera vez que el hombre vio el fuego fue gracias a un rayo que cayó en una superficie muy seca y encendió una llama.
El método más común que solían utilizar, según los últimos estudios y evidencias, era frotar un palo seco a una madera también seca. Aunque también utilizaban el mismo frotamiento con una liana dentro de una ranura en la madera. Otra opción solía ser crear chispas frotando dos piedras que tuvieran detalles de hierro en ellas.
Según las evidencias que mencionamos anteriormente, estos eran algunos de los métodos que se utilizaban para la creación del fuego. Después su problema cambió de foco, ya no se basaba en crearlo y producirlo, sino en dónde lo colocarían y cómo lograrían mantener su llama encendida.
Por su instinto y manteniendo la esperanza en que se quedara encendida por algún tiempo, conservaban el fuego dentro de las cavernas, sobre piedras. Solían hacer un hueco o pozo para allí colocarlo y lograr mantener su temperatura, poder cocinar y defenderse sin perderlo.
El Fuego, el gran invento de la humanidad
Gracias a su antigüedad e importancia, el fuego es conocido como el gran invento de los seres humanos.
A lo largo de los tiempos han ido apareciendo invenciones que nos llevarían a la sociedad donde hoy vivimos. Primero sería el fuego, luego la escritura para plasmar historias y batallas en imágenes, luego la rueda y así uno tras otro. Pequeños pasos que llevaron a grandes resultados.
Cambios en el humano después del fuego
Una vez aprendieron a controlar el fuego, manteniendo la luz y el calor del mismo, el hombre cambió en muchos aspectos.
Con el uso de la luz, se pudo trabajar a cualquier hora del día. No limitaban los trabajos y su vida a las horas en las que había sol. Junto a esa ventaja, también tenían la oportunidad de estar protegidos por el fuego, ya que en muchas ocasiones a los animales no les atraía el calor, ni el humo y se alejaban de la tribu.
Además de la vida cotidiana, la salud y la dieta cambiaron potencialmente. El fuego les brindaba la oportunidad de cocinar la comida, con todo lo que ello supone.
Un estudio de Harvard University confirma que las proteínas cocidas y los vegetales aumentan la capacidad cerebral, ya que los carbohidratos y los alimentos almidonados se convierten en fáciles de digerir. Así, el ser humano tenía la capacidad de absorber más calorías, proteínas y vitaminas.
Las plantas contienen distintas partes, las cuales, antes de la invención del fuego, eran casi imposibles de consumir. Es por eso que la dieta cambió radicalmente una vez que pudieron cocinar y poder digerir mejor esos alimentos.
Alimentos ricos en proteínas, calorías y carbohidratos se pudieron comer de manera más sencilla una vez cocidos: tubérculos, tallos, raíces, hojas, entre otros.
Antes del fuego, la dieta del humano se basaba en semillas, flores y frutos carnosos. Lo cual les otorgaba una alimentación muy poco balanceada. Además, muy arriesgada, ya que es probable que algunas de esas semillas tuvieran sustancias tóxicas.
En el estudio del cuerpo del Homo Erectus se evidencia parcialmente el desgaste que tenían su estructura y dientes para consumir las duras y crudas carnes o raíces de vegetales.
Junto a la cocción de la carne se le permitió al sistema digestivo un trabajo más sencillo. Así se consumía la proteína correctamente. Además, con la cocción se le facilita al cuerpo absorber todos los nutrientes de las proteínas, y las carnes eran más fáciles de consumir.
Sin duda, después de la invención del fuego, el humano tuvo una buena alimentación para lograr que el cerebro funcionara mejor y su cuerpo estuviese mucho más fuerte y firme.
¿De qué nos ha servido el fuego desde su invención?
Desde la antigüedad, el ser humano ha utilizado el fuego para mantenerse caliente. En aquella época no existía otra manera de mantenerse resguardado del crudo invierno y el fuego logró ayudar con esas temporadas heladas.
Poco a poco los humanos fueron adaptando el uso del fuego para poder vivir mejor. Además de mantener la temperatura de su cuerpo regulada también lograron poder comer mejor al cocinar los alimentos para que su masticado y digestión fuesen más fáciles.
También lo utilizaban para defenderse, pues con el uso de las antorchas podían espantar a animales que podían ser peligrosos.
¿Cómo trasportaban el fuego?
El fuego se convirtió en algo indispensable, y el siguiente paso era poder llevarlo de un lugar a otro. No fue fácil conseguir un método de transporte. Fue entonces cuando se inventó la antorcha, que se convertiría en el objeto más preciado y útil durante sus viajes.
Luego de tantos años, el humano fue optimizando el uso del fuego hasta conocerlo y utilizarlo como hoy en día lo hacemos.